Esta es la historia de Leonor González Mina, una mujer apasionada por la música que enfrentó sus miedos, inseguridades y los juicios de las personas que más la querían, por hacer lo que realmente ama en la vida: cantar. Nació en Robles, una pequeña y próspera población de Jamundí, en Valle del Cauca, en 1937. Hija de un ama de casa, evangélica; y de un cultivador de cacao, católico; es la penúltima de los nueve hijos que esta pareja trajo al mundo.
Desde pequeña hizo parte del coro de la escuela, en donde se destacó por la afinación y potencia de su voz. Su abuela reconoce en ella un gran talento y la apoya, su madre solo quiere que deje de hacer travesuras, y su padre, enfocado en los negocios de la familia, no atiende el que considera es un embeleco pasajero.