Carmen Biáfara, es una mujer negra afrodescendiente, famosa, locutora de radio quien vive en la ciudad de Cali y tiene un programa muy reconocido entre sus audiencias, La Ruta de los Vientos. Esta cronista con la delicadeza de un arqueólogo, recoge las huellas de aquellos hitos que encarnan una historia de amor, de guerra, de superación, y de luchas por los derechos civiles a través de personajes como Saturio Valencia, Casilda Cundumi Dembele, Doña Bárbara Caballero y Alzate, Petronio Álvarez y Doña Teresa Martínez.
Estas historias son narradas en medio del penetrante, misterioso y colorido relato épico, propio de una crónica radial. Como una experta narradora conduce los hilos de la serie de manera semi presencial desde los micrófonos de su programa La Ruta de los Vientos. Son hitos de resistencia, libertad y rebeldía de héroes y heroínas afro de carne y hueso, que construyeron nación desde sus luchas propias, y hoy se encuentran en el más profundo olvido.
Justo en el momento en el que le está saliendo todo muy bien, después de unos años difíciles y cuando miles de seguidores la escuchan en las redes sociales, en escuelas rurales en medio de la selva, en las faenas de pesca, etc., Carmen Biáfara es asediada por un joven y talentoso hombre de negocios, que le recuerda una vieja deuda con la justicia, quedando atrapada en un callejón sin salida, viendo amenazada su profesión de periodista y quedando a la suerte de este astuto personaje.
En medio de las cotidianidades de la vida diaria logra demostrar su inocencia y retomar su destino el cual está asediado por el amor de este joven que casi hasta pierde la vida. Esta experiencia la llevará a reconocer las voces de su pasado, a revivir un viejo amor, y apropiarse de la lucha personal por un pueblo azotado por la guerra, el racismo, el abandono y la vulnerabilidad, que es la lucha de sí misma.
Capítulo 1
Manuel Saturio nació el 24 de diciembre de 1867 en Quibdó, Chocó. Cuando era niño cantaba en latín y en francés en el coro parroquial de los hermanos capuchinos, con los que estudiaba. Además, siempre fue un alumno destacado, por eso la comunidad religiosa, le ayudó a ingresar a la Escuela de Leyes de la Universidad del Cauca.
Quizás su educación, cultura y demás logros, le sirvieron para seducir a una joven blanca, Deyanira Castro, hija de un dirigente liberal. Pero su formación no fue suficiente para congraciarse con la familia de la joven, que no pudo perdonarle que ella terminara embarazada en esta relación. La deshonra de la familia Castro, merecía un castigo ejemplar, según ellos. Así que, planearon la venganza, y sin pretenderlo lograron su cometido, pero inmortalizaron a Manuel Saturio en las páginas de la historia de Colombia.
En la madrugada del 1 de mayo de 1907, le tendieron una trampa. Lo embriagaron, lo dejaron con pocas prendas y luego, lo culparon de un incendio, que ellos mismos ocasionaron en el techo de paja de dos casas en un importante sector de Quibdó. Posteriormente, al apagar las llamas, encontraron junto con la bola de trapo con petróleo que inició la conflagración, el cinturón de Saturio y algunos documentos con su nombre.
En ese entonces, la Constitución Política de Colombia de 1886, castigaba con pena de muerte a quienes ocasionaban incendios. Fue así como tras realizar el juicio, fue declarado culpable de haber incendiado la calle primera de Chocó, lugar representativo de las familias blancas de Quibdó.
Después de estos hechos, se cumplió con la condena. Manuel Saturio, fue fusilado el 6 de mayo de 1907, convirtiéndose en el último fusilado en Colombia. Su trágico final tuvo una mezcla de intereses políticos y conflictos raciales y es por esa razón que hay quienes lo catalogan como mártir en la lucha racial en Colombia.
Capítulo 2
Teresa Martínez nació en Chocó, fue escritora, poeta, dramaturga, novelista, maestra, musicóloga, pintora, y activista; una de las grandes intelectuales del Chocó del Siglo XX. Pero a pesar de sus méritos intelectuales, se le conoce más por ser la madre del famoso creador del grupo de salsa Niche, Jairo Varela, que por su aporte a la cultura del País.
En la vida profesional Teresa era doblemente discriminada e invisibilizada por ser negra, y muchos de sus manuscritos pasaron por la imprenta pero no tuvieron apoyo editorial, ni publicidad o distribución comercial, pero a pesar de todo esto fue una de las primeras mujeres negras colombianas en publicar una obra literaria.
Escribió la novela Guerra y Amor (1947), relató la historia de Manuel Saturio Valencia, En Mi Cristo Negro (1983), un escrito que convirtió a Valencia en referente de la lucha racial en Colombia. Sumado a eso, obras de teatro como El de Abril, sobre las protestas populares que sucedieron a la muerte del caudillo Jorge Eliecer Gaitán en 1948; Las Fuerzas Armadas, y la Madre Fósil. También escribió poesía sobre temas religiosos, de amor, desamor, entre otros, Pirotecnia de la Fe, Fragua de Marte, Alucinaciones o Dimensión Desconocida, Ciudades de Colombia, y Vivencias de Tormenta de Amor.
Sus versos eran una mezcla de ritmos tradicionales, modernismo latinoamericano y afrocolombianismo. También escribió ensayos, sobre aspectos sociales, políticos y culturales del Chocó, firmó la ópera La Virgen Loca; compuso himnos institucionales, boleros, acrósticos, y viajó por el país haciendo recitales de poesía.
Capítulo 3
Casilda Cundumí Dembele, conocida como La Negra Casilda, nació en Mali, África en 1823, lugar de donde fue raptada junto a su padre, para ser vendidos como esclavos. Llegaron a Colombia por Cartagena, en un barco lleno de esclavos, en donde un mercader Español llamado Pedro González, la compró para revenderla. Sus nuevos amos, la llevaron a trabajar en plantaciones de caña de azúcar de un ingenio, en Palmira, Valle. Desde entonces, quedó separada de su padre.
En 1840, cansada de la esclavitud, se convirtió en líder y gestó una fuga colectiva, con 45 esclavos de la plantación, que lograron radicarse en las montañas, entre Palmira y el Cerrito, en donde fundaron un Palenque del cual ella fue su líder. Alguna vez, atraparon a Casilda y dieron la orden de darle una pena ejemplarizante: matarla por descuartizamiento. Sin embargo, logró escapar, se dice que gracias a sus prácticas de brujería. Fue así como pudo continuar su reto libertario. Pese a que en 1851 aparece en Colombia la abolición de la esclavitud, en muchas regiones, como el Valle del Cauca, los negros seguían siendo esclavos.
Un momento muy importante en la vida de Casilda fue el reencuentro con su padre, “sacerdote Hougan” quien le reforzó conocimientos en artes espirituales africanas, que le había enseñado desde que era niña. El reencuentro con su padre, fortalecieron su ánimo y la llevaron a planear una gran fuga. También, logró infiltrarse en varias plantaciones para trabajar como jornalera, con el propósito de distribuir entre los esclavos jornaleros y las esclavas cocineras, una sustancia para dormir a sus vigilantes y lograr escapar. Fue así como 200 negros cimarrones lograron escapar, tras 20 años de lucha por la libertad.
Capítulo 4
Peregoyo (1917, Buenaventura)
Su padre, Feliciano Urbano era un negro Pescadory su madre, Eustaquia Tenorio era indígena. Enrique no tuvo oportunidad de ir al colegio, pero fue autodidacta en todo, hasta en la música, siendo intérprete de saxofón, clarinete, guitarra, violonchelo, violín y bandola. Además de las serenatas, cuando era muchacho trabajaba en el puerto como ayudante del maquinista en una draga que limpiaba la bahía. Le gustaba escribir, dibujar y cantar.
Por iniciativa de Néstor Urbano Tenorio, político de Buenaventura y hermano de Peregoyo. entra a la banda municipal del Maestro pastuso Manuel María Burbano, conjunto creado en 1942. Éste descubrió la gran aptitud de Enrique para el saxofón (clarinete) y le enseñó a leer y a escribir partituras.
En esa época (40s) conoció a su esposa Inés Sánchez, bogotana; su relación no fue aceptada por los padres de la novia pero a pesar de eso se casaron en 1945. Habitaban una casa en un buen barrio de Buenaventura donde las únicas dos familias negras eran la Urbano Tenorio y la de Petronio Álvarez que la llamaban “Los cucos”. En su barrio escuchaba alabaos, currulaos, bundes, arrullos. Se tocaban el guasá, el bombo, la guitarra, los cununos, la marimba. Enrique comenzó a sacar de oído en su guitarra las canciones que oía.
Peregoyo se nutrió de la música raizal afro de los montes, las selvas y los ríos de la costa, y de las influencias musicales que llegaban todos los días al puerto. Marineros, clase social importante desde 1946: traían discos para vender, se vestían de una manera particular.
DIRECCIÓN: Luis Alberto Garavito Beltrán |
DURACIÓN: 4 capítulos de 25 minutos c/u |
AÑO: 2019 |
FORMATO: 16:9,MXFDP1a-XDCAMHD422-HD1O80I29.97 |