Cita con el cantante: Miguel Calero

Miguel Ángel Guerrero Paz madrugó desde niño para ayudar a su mamá a recolectar el dinero que se necesitaba en la casa. Doña Isabel Paz vendía frutas y verduras en la galería Santa Elena y recibía a las 3 de la mañana los cargamentos frescos que venían desde el Cauca.

Quienes tenían colegio en la jornada de la tarde, como era el caso de Miguel, debían estar listos para limpiar mangos, tomates y cebollas, armar paquetes y recorrer la galería ofreciéndolos hasta vaciar la caja. El mantenerse ocupados y cumplir con horarios de manera estricta fueron las estrategias que doña Isabel aplicó en la crianza de sus hijos para reducir al máximo la exposición que tuvieran a la violencia y los riesgos que los rodeaban.

La prioridad era estudiar y a mi Miguel no le gustaba. Su padre, don Miguel Ángel Guerrero, veía en él su reflejo por lo que cuando no estaba viajando intercedía para aflojar un poco los regaños y permitir que Miguel jugara más. Ambos, buscando el bienestar de su hijo, fueron descubriendo que su pasión era el fútbol y tanto la disciplina como la apertura aprendida le sirvieron para abrirse el camino dentro de las canchas. Miguel “el niche” Guerrero, el joven que por una broma inició su carrera como futbolista jugando como puntero izquierdo en el equipo León 13, el boxeador amateur extraviado que tuvo como referente a Rodrigo Valdez,  nos abre espacio para conocer tanto su historia de vida como quienes lo han acompañado durante el transcurso de la misma.