Entre ensayos y desafíos personales, exploran historias de resiliencia familiar.
ESTE 1 DE MAYO, JÓVENES, MÚSICA Y AGRICULTURA EN UNA MISMA SERIE.
Esta destacada serie sigue a una banda sinfónica única en Colombia, compuesta
por jóvenes de 12 años, que se preparan para su primera competencia nacional.
Entre ensayos y desafíos personales, exploran historias de resiliencia familiar en
un entorno marcado por la agricultura de palma.
Bajo un calor aplastante, el piedemonte llanero es atravesado por filas
estruendosas de camiones cargados con palma aceitera dirigidos al interior del
país. Dejan atrás un pequeño oasis para los oídos llamado Barranca de Upía,
donde todas las tardes a la sombra de la plaza del pueblo treinta y cinco chicas y
chicos de aproximadamente 12 años ensayan sin descanso con clarinetes, tubas y
percusiones para hacerle el quite a la desesperanza.

Estos talentosos pequeños son la nueva generación de una banda sinfónica única
en la región y están comenzando el camino, es su turno de viajar por primera vez
a los pueblos fríos de la montaña para competir en un certamen nacional.
Esta serie acompaña al grupo desde los retos de las semanas previas a la
competencia hasta los resultados finales del concurso. Muchos llegaron
desplazados, otros buscan una oportunidad. El pueblo los acogió en sus nuevos
suburbios, con trabajo en los prósperos, y algo controvertidos, monocultivos de
palma que operan las 24 horas, los 7 días, sin parar. Transformando estos
altibajos la banda nació y ahora estamos ante su próxima travesía, un plan
orquestado por chicos que buscan horizontes que reinterpretar.