Jaime debe afrontar la decisión de serle fiel a su corazón o a la razón mientras María se adapta a su nueva realidad y sigue intentando escapar de la fuerte custodia que tiene, encuentra un aliado en un enfermero que intenta ayudarla y no dejar que Pablo la obligue a firmar papeles para cederle la empresa y la casa. Jaime se va de la ciudad hacia su nuevo destino en Popayán y no recibe la carta de auxilio que le envió María. Esta se reúne con sus nuevas amistades de la clínica de reposo y consiguen licor, toman hasta emborracharse y son encontradas en ese estado por el director de la clínica que de nuevo la incomunica.

Todo se puede 8 – A MEDIA COPA