Pablo busca hacer que María ceda ante sus exigencias y firme los documentos llevando todo más lejos y sacándola camuflada en un costal junto con los secuestradores que pretenden montarla en su camioneta, llega la policía y los captura, menos a Pablo que alcanza a huir y en el camino asalta a dos amigos de María que iban a buscarla y se quedan incomunicados. Mientras tanto Jaime solicita permiso al arzobispo para volver a Cartago a resolver lo que tiene pendiente. María ha empezado a reorganizar su negocio con otras amigas, y le llegan de sorpresa el enfermero amigo que la había defendido junto con sus amigas de la clínica que se han escapado, como ella, aparece también Antonio que le apoya para denunciar al dueño de la clínica por todas las irregularidades cometidas. Jaime se rebela y se toma un receso como sacerdote para continuar haciendo su trabajo social.

Todo se puede 11 – EL QUE LA HACE, LA PAGA