Cita con el cantante: Fabián Vargas

Fabián Andrés Vargas Rivera gozó del privilegio de sentirse constantemente rodeado por su familia. Fue una gran ventaja el provenir del barrio Policarpa Salavarrieta, lugar del cual también fueron oriundos su padre y su madre, Yesid Vargas y Nubia Rivera.

Las casas de sus abuelos paternos como los maternos quedaban a pocas cuadras y ambas resultaban siendo epicentros donde tíos, tías, primos y demás familiares tenían cualquier excusa para reunirse. Su infancia estuvo acompañada también por su hermano menor, Iván Vargas, con quien en conjunto con amistades de la cuadra siempre estuvieron alrededor de una pelota; fuera ésta fabricada con medias viejas enrolladas, retazos de periódico envueltos en cinta o hasta piedras pequeñas que se pudieran patear, su vida estuvo ligada a un balón.

El primer uniforme que le regalaron fue el de Maradona producto de un esfuerzo de costura entre su padre y un tío. Fabián cargó el diez argentino en su espalda dibujado con retazos de cuero. El fútbol le dió desde muy temprano la sensación de reconocimiento y autoestima. En el colegio San Bernardo de la Salle los profesores le otorgaban cierto respeto y sus compañeros lo postulaban como representante del curso al ser él la figura que los llevaba a ganar títulos.

Gracias a la formación que tuvo Fabián basada en el reconocimiento de lo bueno y lo malo y la confianza que le otorgaron su padre y su madre para que él mismo tomara la mejor decisión, supo luego qué hacer con esa responsabilidad y admiración que vendrían a mayor escala, tanto nacional como internacionalmente.