Cita con el cantante: Checho Angulo

Sergio Angulo Bolaños jugaba muy bien y bastante al fútbol a pesar del hambre con la que aprendió a convivir durante su niñez. Fue a través de sus habilidades deportivas que lograba reunir pan y leche para llevar a la casa y repartir entre sus hermanos y hermanas, eso era lo que daban en los entrenos del colegio. Negociaba con sus compañeros a cambio de dejarlos jugar en su equipo.

Con Aldemar, su hermano mayor y mano derecha, también recolectaban y vendían chatarra y huesos buscando completar lo que hacía falta. El amor y el respeto que don Eulalio Angulo y doña María de Jesús Bolaños transmitieron e inculcaron en él y en los demás integrantes de su amplia familia no fueron escasos. Parte de su motivación para continuar desempeñándose lo mejor posible como jugador fue saber que sus seres queridos lo apoyaban y seguían su trayectoria.

Sobretodo su padre, quien después de ir perdiendo la vista paulatinamente, no dejó de escuchar sus partidos y celebrar sus goles; o su madre, quien después de una vida dedicada al trabajo del hogar, padeciendo dolores en sus muñecas y caderas, continuó esforzándose por el bienestar de sus hijos. Sergio, el jóven recogebolas que miraba a los grandes del Cali y soñaba con ser parte de esa élite deportiva, el jugador consagrado que trabajó durante varios años manejando una ruta escolar, nos abre espacio para conocer tanto su historia de vida como quienes lo han acompañado durante el transcurso de la misma.